domingo, 20 de julio de 2014

Porque tu vida puede cambiar


Cuando menos te lo esperas, hay por ahí un dicho que es algo así como:

"Cuando menos te lo esperas, va la vida y te sorprende"

Si tengo que resumir este comienzo de año sería con esa frase. El año empezó movido con los procesos de separación, jaleo en el trabajo y mil tonterías más.
Y de repente, entró una persona en la oficina, lo que parecía un cliente normal y un día más, se ha convertido en la persona que conquistó mi corazón, el de toda la familia y el de mi hija, Ariadna. Siempre tuve terror a empezar una nueva relación, me veía con la L en la frente, tenía miedo porque no sabía cómo afrontaría Ariadna la nueva situación y es verdad que si te tomas todo con naturalidad, es más fácil que intentar llevar unas pautas.

A día de hoy, Ariadna es una niña preciosa, una mujercita, muy inteligente y que nos roba el corazón. El final de curso estuvo marcado por buenas notas, aunque un comportamiento bastante mejorable (lo hemos achacado a que su papá ha venido a vivir a Madrid, lo ve más y hay ciertas cosas que dejan mucho que desear). Se amoldó perfectamente a mi pareja y si los veo juntos, se me cae la baba.

Del nuevo miembro de la familia, qué puedo decir que no sea bueno... por supuesto que tiene sus cosas, al igual que yo, pero me ha demostrado demasiadas cosas en este tiempo como para no enamorarme cada día un poco más. Pensé que ya no llegaría esa persona, que era complicado, que no estaba preparada, que con una hija era imposible y qué equivocada estaba. Es un padrazo, quiere a mi hija como si fuera suya, mi familia está encantada con él, yo...SE ME CAE LA BABA, he conseguido la felicidad que me faltaba.
                                        
En el resto de asuntos, todo va como debe, sigo trabajando, la separación cada día se vuelve más complicada, Ariadna sigue creciendo y sorprendiéndonos todos los días y lo más importante:
SOMOS MUY FELICES.





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