lunes, 18 de abril de 2016

Mi espinita clavada... Así nació Martín, un viernes en el Skyline de Madrid


Llevaba semanas con contracciones, algunas más fuertes que otras pero que sabía que no harían nada, porque Martín estaba de culo, aunque tenía la esperanza de que se diera la vuelta, cosa que no ocurrió.



El 26 de febrero empezaba la cuenta atrás para conocer al "huevoncete", la fecha de desalojo era el 4 de marzo, en ese momento me sentí nerviosa, feliz, incrédula, una mezcla de sensaciones que jamás había tenido. Los días pasaron muy ligeros, el síndrome del nido me vino de golpe, me dediqué a prepararme para recibir a mi bebé, fui a la peluquería, me depilé, me puse extensiones de pestañas, me di un buen baño relajante y cuando quisimos darnos cuenta eran las 9 de la noche del día 3 de marzo, estábamos cenando en casa de mis padres, donde dejamos a Ariadna, antes le habíamos explicado que para que su hermanito naciera mamá estaría unos días en el hospital, sólo me preguntaba que si me iba a doler y que si ella me había hecho daño cuando nació, pobrecita mía!!


Eran la 1 y pico de la madrugada cuando el papi se enfadó conmigo y me mandó a dormir YA, pero yo no podía dormir, estaba hiperactiva intentando dejar todo listo para el regreso a casa, conseguímos dormirnos sobre las 2 y a las 6:30 estaba sonando el despertador...DIOS, ME TENDRÍA QUE HABER ACOSTADO ANTES!!! Eso fue lo primero que pensé, seguidamente me pegué una buena ducha, el papi desayunó y salimos a buscar a la futura biabuela, a eso de las 7:40 estábamos en La Paz haciendo el ingreso.

Nervios, más nervios y más nervios durante la espera, por fin me llaman, me hacen tacto y SORPRESA...ESTOY DILATANDO, de momento llevaba casi 3cm y yo ni me había enterado, sé que las dos últimas semanas había estado más suelta(vamos que iba al baño dos y tres veces al día), me daban dolores de regla contínuos, la barriga me había bajado de golpe muchísimo y me sentía una presión rara en el pecho que subía por la espalda hasta el cuello(luego supe que eran contracciones).
Me dicen que si por casualidad se da la vuelta mientras esperamos a la cesárea, empezamos con el parto ya que llevaba un buen pronóstico. Me ponen vía, me dan ese camisón "sesi" y ale...PARRIBA A PLANTA.

Relleno los papeles de donación de células de cordón, cosa que al final no pudo ser porque la placenta se desprendió antes de llegar a los 150ml que se necesitaban, relleno también la autorización para el piel con el piel con papá, pero nos dijeron que no se podría hacer (me entraron ganas de llorar, despotriqué un poco, la única cosa que me animaba en la cesárea y no se podría hacer...)

Me ponen un enema no sin antes perder la sonrisa jajajajaja, ya sabéis como me las gasto y le dije a la enfermera que si me iba a hacer eso sin un te quiero y me iba a poner mirando pa cuenca, bromeamos las dos y en unos minutos(unos 15-20) el enema hizo su efecto.
Estábamos solos en la habitación y pude disfrutar de la compañía de mi madre, mis suegros, el papi y la prima del papi (que tuve LA SUERTE DE QUE ENTRARA CONMIGO A QUIROFANO).Estuvimos entretenidos y de risas todo el día.

La prima del papi, se tenía que ir a sacarse una muela y yo veía que aquello no avanzaba y que ella no podría estar, pero pasan las horas y aquí nadie me llama, de repente a eso de las 10 llegan los del equipo y me dicen que mi cesárea se prolonga al final de la mañana o primera hora de la tarde porque habían surgido varias de urgencia (se suponía que iba a ser la primera de las programadas, por ser de alto riesgo mi embarazo), pero a las 11 y algo entran en la habi como un elefante en una cacharrería las enfermeras y dicen: VENGA QUE NOS VAMOS!!! PERO QUE HACES SIN QUITARTE LAS BRAGAS Y LOS PENDIENTES (me lleve una pequeña bronca), mi respuesta es: QUE NOS VAMOS??? PERO SI ME HAN DICHO QUE HASTA LA TARDE NADA, POR ESO NO ESTABA PREPARADA.

Y mi gozo en un pozo, con la misma que desmontaron la habi, la volvieron a montar porque se habían confundido, descansé porque así mi angelito de la guarda, la prima del MR, estaría allí conmigo y le daba tiempo de sobra a volver del dentista, pobreta que estuvo allí todo el día incluso con un flemón del copón.


A eso de las 18:10 entra por fin, la enfermera a buscarme o eso creía, porque preguntaron por la compi de al lado, la 13-B , que había llegado antes de la hora de comer, pero NOOOOO, se habían confundido y venían a por mí, YUHUUUUU!!!!!
Nervios, pensamientos de todo tipo pasaban por mi cabeza mientras me despedía de los míos, en unos minutos estaría en el mundo la personita por la que había luchado 38 semanas, me reprimía las ganas de llorar, si había estado tranquila y de risas todo el día, en ese momento me daba de todo, pasamos las puertas de quirófano, el 7 y me derrumbé, me permití llorar mientras me preparaban.

En este caso, la epi(raqui pa los amigos) sí la noté, vaya pinchazos y que sensación más "desagradable", me tumbaron y mi miedo era el mismo de la primera vez, notaré algo???Por suuerte a mi lado estaba Irene, mi angelito, sujetándome la mano y preguntándome todo el tiempo si estaba bien o no, si notaba algo, además me iba contando lo que pasaba y al papi también a través de "waxa", no dejaba de mirar el reloj en la pared cuando daban las 18:43 (casi casi como su hermana) del viernes 4 de marzo de 2016, 6 años después, cuando escuchaba el segundo llanto más bonito de mi vida, miraba a Irene y lloraba, miraba al reloj y lloraba, sólo quería ver a mi pequeñajo y ahí estaba él, aunque bromearon conmigo diciendo que era una niña muy bonita, les dejé claro que en todas las ecos le había visto unos buenos huevetes y mi "huevoncete" lloraba, con las manitas abiertas y lleno de vernix, me pareció un momento para no olvidar y cerré los ojos y lo grabé a fuego en mi mente.
Y así, salieron los 2.920gr más regordetes que nunca había visto, no me lo creía, habíamos cumplido nuestro objetivo, mi cuerpo había albergado durante 268 días a ese bebé y era mío, nadie nos iba a separar.

Mi espinita clavada seis años atrás había salido, cerré los ojos para disfrutar de ese momento y sólo deseé que pasaran rápidas las horas para reunirme con ellos, había hecho las paces con mi cuerpo por no haber parido como me hubiera gustado, había conseguido lo inimaginable, me sentí poderosa, me sentí MAMÁ, .






Y FUI FELIZ...

                                  


Cada embarazo es un mundo

Aquí estoy, soy la viva prueba de que cada embarazo es diferente, hoy lo puedo asegurar al 100%.




Cuando me quedé embarazada en el mes de julio, entraron los miedos, las preguntas sin respuesta inmediata, los pinchazos de heparina, las miles de visitas médicas, el Adiro, el tiempo pasaba y mi embarazo y las pruebas eran perfectas, pero...ya sabéis, siempre hay un pero, mi mente iba más allá, quería buscar problemas donde no había, de tanto que quería prevenir me asustaba cada día más, mi humor cambió, mis ganas de disfrutar de cada semana y de ese regalo que me daba la vida, iban desapareciendo, TUVE MIEDO, TERROR, VIVÍ UNA PESADILLA HASTA LA SEMANA 31, llegó un momento en que iba todas las semanas a hablar con mi matrona, Yolanda, la cual me ha acompañado y tragado cada una de las lágrimas que solté en su consulta, mi familia a veces no llegaba a entender cómo podía estar así si todo iba perfecto, intentaban ayudarme pero era complicado, esto no se entiende si no se ha vivido.

Y fueron corriendo las semanas y de repente, un día me levanto y ya han pasado las 31+3, cada día que pasaba era una fiesta y así me acostumbré a ver pasar los dígitos...

31   32    33    34   35   36   37   38

Preparamos con muuuucha tranquilidad la habitación, allá por la semana 36 la terminamos.
La maleta la dejé lista 3 días antes de ingresar.

Sinceramente, me tomé todo con paciencia.

Y ya mi preocupación no era un bebé prematuro, ni una preeclampsia precoz, la seguridad se apoderó de mí, conseguí eso que llaman EMPONDERAR MI EMBARAZO, conseguí coger las riendas, disfrutar cada momento y mi única preocupación era que "huevoncete" se había dado la vuelta a finales de la semana 29, (siempre lo digo mi hijo va al contrario del mundo, todo el embarazo en cefálica y al final se da la vuelta) quería evitar a toda costa otra cesárea, pero mi hospital de referencia, La Paz, no tenía entre sus planes la VCE con cesárea anterior, así que, al principio intenté gatear, hacer el pino, poner el culo en pompa, ponerme pinzas en los dedos de los pies, incluso me planteé la moxibustión, entonces llegaron los comentarios del estilo: - Y SI NO SE DA LA VUELTA PORQUE NO PUEDE Y TU LO FUERZAS Y PASA ALGO.
No hay mejor forma de evitar algo en el embarazo que meter miedo a una futura mamá, lo digo en tono irónico.

Así que, me quedé como estaba, ahora mi obsesión era buscar un hospital respetuoso para la cesárea, en la que pudiera estar el papi, no hubiera separación y el piel con piel con la mamá, finalmente después de alguna que otra discusión con el papi y la abuela , que no entendían que me llevaran el embarazo en el mejor hospital de referencia en neonatología de España y yo no quisiera parir ahí, pues eso, finalmente terminé en La Paz con un harakiri programado para el día 4 de marzo de 2016, poco después de cumplir las 38 semanas, sí, sí 38!!!!!



Y, así fue como llegué a término de un embarazo deseado y no tan disfrutado como hubiera querido.

A mitad de camino, 20 semanas

Y pasa el tiempo, pasa muy rápido, sin darme cuenta hemos saltado de la semana 4  a la 20.

Hago resumen de estas semanas:

-No ha habido vómitos, algunas naúseas y ascos a comidas sí.
-Empecé a sentir al pequeño torbellino en la semana 10, unos toquecitos, luego empezaron a hacerse más fuertes.
-En la semana 8 empecé a usar los pantalones premamá.
-He tenido rachas de mucho trabajo y estrés, hasta que mi cerebro ha dicho: BASTA y me dieron la baja en la semana 17.
-Mi embarazo es mirado con lupa, he ido durante 3 semanas seguidas a La Paz, para hacerme analíticas, me ven todos los meses en el privado y mañana, me toca alto riesgo en la SS.
-Mi bollito es un niño.

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