Hace casi, casi un año, conocía de primera mano un mundo al que espero no tener que volver, tenía una hija GRAN PREMATURA CON INMADUREZ EXTREMA, jamás imaginé cuando ingresé a las 30 semanas recien cumplidas que sólo duraríamos 1 semana más, siempre creímos que podríamos aguantar hasta las 34 aprox. pero cuando esa mañana del 23 de abril de 2010 nos decían que Ariadna nacería ese mismo día con a lo máximo 1400gr, el mundo se paralizó, no sabía qué pensar, es más mi cerebro creo que en ese momento quiso dejar de hacerlo y así ha seguido en estado latente unos cuantos meses.
El caso es que me llevaron a quirófano a las 17:35 y a las 18:10 Ariadna veía la luz, con un llanto maravilloso, eso traía buenos presagios, el madurativo había hecho efecto. En ese momento pude verla unos minutos, en los que no sabía si pedirles besarla si no, por suerte tuve unos profesionales como la copa de un pino que me hicieron ese trámite frío y solitario, muy ameno, disfruté de esos minutos como nunca, pero ese ya es otro tema.
Allí habían pitidos de las tropecientas máquinas que tenían los peques, que si CPAP, Pulsioximetros, electros, tensiómetros, sondas, vías, etc... y si ya de por sí esa imagen impacta en un adulto, imaginar en un bebé que en la mayoría de los casos no llegaban a los 1500gr.
La estancía la recuerdo muy luminosa, con grandes ventanales por los que entraba la luz natural, se dividía en 4 box en los que se apartában 2 incubadoras, una mesa con una silla y muchas gráficas en la mesa.
A los 5 días del nacimiento la pasaron a Cuidados Intermedios, se supone que un sitio de menos riesgo pero los aparatejos siguen siendo los mismos, jajaja.
En éste hay un ambiente más distendido, se nota que los pequeñines están mejor y que ya puedes sonreir porque te queda un paso menos para llevarlo a casa.
En esta unidad, les enseñan a succionar o en su caso les dan bibes y fomentan la lactancia materna, los box son un poco más pequeños y menos privados, no hay tanta luminosidad y los pitidos siguen siendo la banda sonora del lugar, al final terminas sabiendo qué es cada pitito y no hace falta que venga la enfermera, jajaja.
Entonces llega un día que, te dicen: LA NIÑA ESTA MUY BIEN ASI QUE VAMOS A NEONATOS, ese día se te abre el cielo y te das cuenta de que es el último paso antes de irte a casa, ahora sí que es cierto, aquí te enseñan el día a día con tu bebé, te dejan que hagas y desahagas con más libertad, también influye que ya no tiene cables etc...
La estancia es muy amplia y por box hay entre 6 y 10 cunitas, hay bastante iluminación natural, pero la suficiente para estar tranquilas y relajadas, el personal es muy afable, excepto como siempre, las típicas petardas que hay en todos lados.
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