Y es que hasta hace bien poco, ni nos planteábamos un segundo embarazo, nos había ido suficientemente mal como para querer ser papis de nuevo por eso la esperanza es lo último que se pierde.
Pero según pasa el tiempo, se curan las heridas y mis sentimientos vuelven a la normalidad, dentro de lo que cabe claro, entonces, resurge la conversación y las ganas de ser papás de nuevo, quizás no a corto plazo pero sí en unos ´4-5-6 años, aunque a mí, me vienen las ganas de serlo antes, pero, siempre hay un pero y la pregunta y la incertidumbre se repite:
¿ SE VOLVERA A REPETIR?
No quiero pasar por lo mismo, no quiero que mi familia pase por ello de nuevo, no quiero ver a mi hij@ separad@ de mi en una incubadora, me aterra esa idea, sólo pensarlo se me quitan las ganas de ser madre por segunda vez.
Por otro lado, viene a mi mente la imagen e historias de muchas chicas que, en mi misma o peor situación, han querido y han sido VALIENTES para afrontar un nuevo embarazo, me parecen unas grandes campeonas por arriesgarse a ello, no sé si yo podré.
AL menos, ahora, sí tenemos el consentimiento médico y los estudios dicen que es poco probable que se repita aunque, sigue latente ese porcentaje de que sí se repita.
Y es que, no quiero privarme de ser mamá de nuevo, de poder llevar mi embarazo a término, de parir como dios manda, de sentirme más realizada si cabe, es una espinita clavada que será difícil sacar aun teniendo a mi lado LO MÁS GRANDE E IMPORTANTE, MI HIJA.
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