domingo, 30 de enero de 2011

Te duchas conmigo, Gordita.



Y es que me encanta ducharme con mi hija, recuerdo que la primera vez que oí eso de ducharse con tu bebé recien nacido, me impresionó muchísimo, no sabía muy bien cómo hacerlo y si sería o no arriesgadopero ahí estaba mi matrona, Mercedes, para ayudarme y explicarme cómo hacerlo.

Y ese momento llegó de la forma más inesperada, cuando mi hija salió del hospital tenía el tamaño de un gatito chico, la bañera de bebés le quedaba enorme, con deciros que la bañaba en horizontal en vez de a lo largo, creo que os hacéis una idea del tamaño, el caso es que nos fuimos a Madrid a que mi familia, que no había podido estar en ese tiempo conmigo, conocieran a la peque, en casa de mis padres no había nada preparado para bañarla y en el bidé o en el lavabo nos parecía peligroso por el grifo, así que, me armé de valor y dije: PUES LA BAÑO CONMIGO, la cara de mis familiares fueron un poema, juas juas me meo de recordarlo, cogí a mi chikitina y al agua patos, fue una experiencia increíble sentir su cuerpecito con el mío y sentirme más útil para ella.
Y esto fue con una peque de poco mas de 2 kilos, no llegaba a 2.1kg y 45 cm.

A día de hoy, Ariadna, su papá y yo nos seguimos duchando juntos y es uno de los momentos del día que nos encanta.

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